Época: China
Inicio: Año 8500 A. C.
Fin: Año 1 D.C.




Comentario

La lengua hablada en China consiste en un conjunto de varias vertientes, los dialectos, que en ocasiones resultan de difícil entendimiento mutuo, siendo el denominado mandarín, hablado en el área de la actual capital Beijing -Pekín-, el más conocido. Realmente la variedad de los dialectos es tan grande -incluso el mandarín y el cantonés no se pueden comprender si no es por escrito- que explica la profunda separación y la dificultad existentes en el ámbito de la comunicación. El mandarín hablado en el norte del territorio chino, el cantonés hablado en las provincias de Kwangtung, Hong Kong, etc., y el denominado amoy, que es la lengua común de la isla de Taiwan y el sureste de Asia, son algunos ejemplos de las distintas lenguas y sus correspondientes etnias que han habitado en China desde muchos siglos antes de Cristo.
La lengua hablada pertenece a una rama de la familia lingüística chino-tibetana. Fonéticamente cada sílaba tiene unos tonos determinados, por lo que la lengua en definitiva depende del tono empleado. Cada palabra o vocablo tiene varios tonos, cuyo empleo define el carácter afirmativo o interrogativo de una frase. Cada sílaba es representada por un carácter escrito, así la lengua china puede ser definida como monosilábica.

Consecuentemente, los vocablos chinos son fundamentalmente monosílabos sin ningún componente adicional. Y debido a que éstos no cambian ni en la declinación ni tampoco en la conjugación, su orden general es el siguiente: sujeto + verbo + objeto. Es decir, el sentido se expresa principalmente por medio de la colocación de las palabras en la frase y el uso de partículas auxiliares.

En cuanto al método de la romanización de la lengua china, habría que mencionar dos sinólogos, los principales estudiosos de la lengua china que fueron los ingleses sir Thomas Francis Wade -quien creó el primer sistema en el año 1859- y Herbert A. Giles, que lo corrigió más adelante. Este sistema, denominado Wade-Giles, fue utilizado en la mayoría de las transcripciones hasta mediados del siglo XX, cuando fue desarrollado el sistema Pinyin, que resolvió algunos de los problemas y lagunas del anterior.

Los sistemas arriba mencionados se basan en la pronunciación, es decir, es un método fonético. El sistema de Wade-Giles ha sido el más utilizado en Occidente en la mayoría de los libros o cualquier otro texto relacionados con China. En el sistema de Wade-Giles, todas las "a" son pronunciadas como la "a" de la lengua española, y si las consonantes "ch", "k", "p" y "t" son seguidas por un apóstrofo, se pronunciarán como tales consonantes, pero si no tienen apóstrofos, se pronuncia como "j", "g", "b" y "d". Las dos letras "j" y "g" tienen sonidos iguales a los de pronunciación inglesa. Tanto el sistema de Wade-Giles como el de Pinyin están hechos basándose en la pronunciación de la lengua inglesa, por lo que para la pronunciación correcta de las palabras chinas para los hispanoparlantes sería conveniente modificar el Pinyin siguiendo la pronunciación de la lengua española.